29.1.11

Just watches

Entro a una relojería musulmana a por una pila para el reloj. Y mientras espero a que me atiendan (hay delante dos quinceañeras en busca de un reloj para el novio de una de ellas) veo en el mostrador más de una veintena de relojes de pulsera de doble esfera, con infinitas horas distintas. Al principio no comprendo muy bien para qué son, entendería dos o tres de distintos modelos, pero no tantos. Y entonces caigo: para llamar a mamá, a papá, a mis hijos, a mi amante, al notario... allá en Pakistán, en Arabia o en Brunei. Y se me mezclan la ternura, la solidaridad y la incomprensión, porque... si no eres capaz ni de hacer el esfuerzo de restar o sumar para saber a qué hora puedes llamar, ¿hasta que punto le/s echas de menos? ¿O es que las agujas en la posición de "allí" te pueden devolver lo que tanto echas de menos?

Me quedé con las ganas de comprarme uno.

26.1.11

Northern exposure

Me estoy planteando muy seriamente abandonar este blog. En parte porque, paradójicamente, ahora que estoy en paro estoy más cansada que nunca, como si el agotamiento acumulado el curso anterior, sobre todo el mental, saliera ahora (y es que fue una victoria pírrica). Veo ideas en los demás, por todas partes, y digo "eso lo pensé el otro día, pero me pareció poco interesante, y sin embargo..." .. Tengo una sensación constante de no aportar nada de valor, y no es tristeza, es apatía lo que siento, una profunda indiferencia hacia casi todo, como ver las cosas tras un muro de cristal. Por otro lado, ya demasiada gente sabe quién hay detrás de esto, y aunque no hay nada del otro mundo en él (seamos honestos, nadie postea sobre algo que realmente teme que se sepa) sí ha perdido su propósito original: desahogo sin condicionantes, como decía Iván que decía Pacino sobre ver al violinista en lugar de oír cómo suena el violín. O algo parecido. O simplemente quiero cambiar de escenario. No sé. Pero no os extrañéis si esto desaparece. O si mañana escribo un post sobre la avispa de la Patagonia, ya me conocéis....

Un beso.

12.1.11

Hoy el post es de...

juanjoseaparicio.wordpress.com

Madres justicia

Siempre me han conmovido las madres de la plaza de Mayo, dando vueltas semana tras semana, año tras año, enarbolando las fotografías de sus hijos desaparecidos. Al igual que a mí, han emocionado también a cientos de millones de personas en todo el mundo que han seguido su lucha incansable por conocer la verdad, hacer justicia y destapar las crueles torturas realizadas por una dictadura brutal.

En España no tienen que desmerecer en su lucha las asociaciones de víctimas de la banda criminal ETA, y sus caras más visibles, las mujeres madres y viudas que son la palabra directa y descarnada que te hace temblar el corazón. Aún amenazadas, llevando escolta a sus espaldas, estas mujeres son la referencia y el ejemplo; las que son capaces de dejar mudo a cualquier gobierno trapichero, oportunista y delegado a las encuestas; a cualquier politólogo o a tantos expertos internacionales en solución de “conflictos” que no han solucionado ninguno. Nos hacen recordar a nuestras más débiles memorias en qué consiste la justicia, cuál fue el dolor y la indignación que sufrieron ellas y todos compartimos, cuál es la única salida viable y justa a décadas de terror.

A ellas busco cuando parecen producirse cambios. Ellas atesoran el pasado que hará realidad un futuro más justo. Un pasado al que al resto nos cuesta retrotraernos, porque no llevamos el dolor tatuado y no queremos recordar, porque relajamos nuestros mecanismos de defensa rápidamente y queremos creer en cualquier solución, como ilusos.

Otras madres, y viudas, y esposas cubanas también se han puesto el pañuelo en la cabeza. También ellas lucharán hasta la extenuación por sacar de la cárcel a sus esposos e hijos. Y no olvidarán el régimen que las hizo sufrir cuando a los barbudos ya no les queden dos afeitados. Y reclamarán justicia.

9.1.11

Golden mummies

El pelo rubio platino de cuatro centímetros de volumen (parece algodón de azúcar) que sólo llega hasta la mitad de la cabeza, la piel de lagarto con manchas marrones, las uñas de velociraptor, las gafas más ostentosas del stand, la ropa más impoluta, el perfume más caro, la cintura más estrecha. Las clones octogenarias de Cracken Lomanda, a su vez clones entre sí, se sientan con lo que ellas creen que es majestuosidad en la sala de espera de la clínica mientras comentan en voz lo suficientemente audible, asegurándose primero de que todos la oigamos, la tragedia del día: ha cerrado la tienda de Burberry de Benimaclet. Y que quede bien claro que ellas iban mucho, que la ropa era cara y que, claro, esa tienda no era para todo el mundo. Y que de todas formas, gracias a Dios, tienen un buen fondo de armario que les permitirá sobrevivir a la hecatombe. Entra entonces una mujer pequeña, con gafas de hace siete años, el pelo corto y débil, ropa corriente, la piel sin vida, respirando con dificultad. Busca la consulta del Dr. Pepito. Las clones la escanean de arriba a abajo, sin piedad, y no se dignan contestarle. El resto nos apresuramos a responderle que sí, y a cederle el asiento. La señora está tan débil que ni siquiera atina a sentarse a la primera. Menos mal que es Navidad.

3.1.11

¡Spam culto!

Al revisar el email me encuentro con lo nunca visto: ¡SPAM CULTO!, y encima no cualquier chorrada sobre Punset o similares (por cierto, su revista de divulgación es una puta mierda), sino Shakespeare.